viernes, 2 de julio de 2021

¿Qué debo tener en cuenta para elegir mi ciclo de Formación Profesional?

La Formación Profesional se consolida como eje vertebrador de la recuperación económica en todo el mundo y especialmente en España, donde se ha puesto de moda porque permite acceder al ámbito laboral o a estudios universitarios pero ya habiendo desarrollado competencias profesionales. 

Elegir qué estudiar es una decisión importante que marcará nuestro rumbo profesional e incluso el personal. En las siguientes líneas te daré algunas orientaciones prácticas para facilitarte la decisión de qué ciclo formativo realizar.  

¿Cómo elijo mi titulación de FP?

Habitualmente son dos los motivos que nos llevan a la elección de nuestra formación: lo que nos gusta hacer o la empleabilidad y oportunidades de emprendimiento de los estudios que, en mi opinión, debería ser una combinación de ambas.

1) Analízate

Así que, en primer lugar, te diría que debes analizarte e identificar qué haces bien, cuáles son tus gustos y motivaciones, qué es aquello en lo que destacas o a qué cosas no te importa dedicarle todo el tiempo del mundo porque es la clave para identificar esos posibles campos de estudio y por supuesto, contrasta su empleabilidad. Confucio decía: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

No descartes ninguna opción porque ¿Quién iba a imaginar que las redes sociales iban a generar trabajos bien remunerados como el de Community Manager o los videojuegos con los Programadores? La oferta formativa de la Formación Profesional cada vez es más amplia para dar cabida a todas estas nuevas profesiones.

2) Investiga el campo de actividad y su nivel de empleabilidad

Una vez identificadas aquellas cosas que te apasionan, el siguiente paso es investigar y seleccionar cuáles son las titulaciones pueden llevarte a esa actividad profesional y analizar su nivel de empleabilidad, es decir, la demanda que el mercado de trabajo tiene para ese tipo de perfiles o poder emprender. 

Para analizar la oferta de ciclos formativos puedes utilizar el portal todofp.es del Ministerio de Educación y Formación Profesional que además aporta las ocupaciones para las que capacita cada título de formación profesional y vienen organizadas por las 26 familias profesionales. 

Mientras que para el análisis de empleabilidad te puedes apoyar en el informe Infoempleo Adecco sobre la Empleabilidad y Formación Profesional.

3) Selecciona la modalidad y el centro 

Una vez identificado el ciclo formativo que quieras cursar sólo te queda reflexionar sobre qué modalidad es la que más te conviene y el tipo de centro en el que lo cursarás.

Podrás elegir distintas modalidades entre presencial, semipresencial o a distancia, en función de tu tipo de vida porque no es lo mismo si estás trabajando o te encuentras en un periodo de excedencia por cuidados de hijos o personas mayores, que si dispones del tiempo necesario para asistir a clases presenciales. Hoy existen plataformas a través de metodología online que facilitan todo el proceso de enseñanza - aprendizaje.

Por último, analiza qué centros ofrecen la titulación en la modalidad elegida y reflexiona sobre su filosofía y el entorno de servicios que ofrecen porque son los que te facilitarán llegar a tu objetivo.

Veamos un ejemplo: ¿Pensando en emprender o reorientarte hacia el ámbito sanitario?

La demanda de profesionales del ámbito sanitario ha experimentado un gran auge a causa de la pandemia y también han crecido las oportunidades para emprender en él. 

Muchas son las personas que en estos momentos se están planteando dar un giro a su carrera hacia lo sanitario o aprovechar un tiempo de sus vidas para prepararse y dar un salto cualitativo, pero siempre asaltan las mismas dudas ¿Merecerá la pena el esfuerzo?, ¿Cómo hago para estudiar y trabajar a la vez?, ¿Qué metodología es la que mejor se adecua a mis circunstancias?, ¿Qué centro elijo?, entre otras.

Si ésta fuera tu situación, trataré de darte una serie de orientaciones sobre nuestra experiencia en Enseñanzas Profesionales Sorolla con el Ciclo de Grado Medio en Farmacia y Parafarmacia, una titulación oficial de dos años de duración.

Siguiendo el esquema anterior, lo primero que debes preguntarte es qué tipo de formación elijo para lograr mis objetivos y actualmente, por su enfoque práctico y su orientación a las necesidades específicas que tienen las empresas, la Formación Profesional se cotiza al alza.

Pregúntate y chequea cuáles son los requisitos que necesitas para poder acceder a este tipo de formación. En el caso que describo, te daría acceso directo si te encuentras en posesión del título de ESO o de un nivel académico superior, otra vía es poseer un Título de Formación Profesional Básica o un título de Técnico o de Técnico Auxiliar o equivalente a efectos académicos. Para los que seáis de mi generación, el haber superado el segundo curso del antiguo BUP o haber superado la PAU para mayores de 25 años, también nos ofrece el acceso directo. Si no cumples los anteriores requisitos, la otra alternativa es acceder mediante prueba específica para la que se requiere tener, al menos, diecisiete años, cumplidos en el año de su realización.

Qué contenidos estudiaré y si me servirán para mi propósito son otras cuestiones que deberías plantearte y en el caso que nos ocupa, la formación de este ciclo es multidisciplinar porque capacita a profesionales en un sentido amplio y por ejemplo, aprenderás anatomía y patología básicas, adquirirás conocimientos sobre la dispensación de medicamentos y productos de parafarmacia - incluye su composición y comprensión del etiquetado -. Además, conocerás el funcionamiento interno de una oficina de farmacia, tanto en ámbito público como en el ámbito hospitalario; así como, el acercamiento a la empresa mediante prácticas y la capacidad emprendedora.

Otra cuestión clave es qué modalidad elijo para cursar mis estudios y aquí puedes encontrar varias opciones, todas ellas con sus ventajas e inconvenientes:

  • Presencial: yo la recomendaría para los alumnos más jóvenes que requieren mayor seguimiento y una combinación de “educación – formación”; también, para aquellos que se les haya dado una circunstancia donde poder hacer una inmersión plena en la formación.
  • Semipresencial o a distancia, con metodología online: considero la mejor opción para los que requieren cierta flexibilidad y para aquellos que teniendo otras responsabilidades en sus vidas (cuidado de personas mayores o de niños, profesionales en activo, entre otras) o que por distancia no puedan plantearse la opción presencial ya que de esta manera se reduce el número de desplazamientos al centro pero te aseguras unos puntos de contacto mínimos presenciales en sedes cercanas para expresar dudas, reforzar conceptos y materias o entrenar habilidades. Por no hablar del desarrollo de competencias digitales que ofrece esta modalidad.
  • Pruebas libres y a distancia 100%: esta es una opción solo reservada para aquellos que puedan formarse con total autonomía o poseer una relevante experiencia en el sector, aquí es clave el autoconocimiento porque - haciendo un paralelismo con lo que sucede con los gimnasios en los meses de septiembre o enero - hay una tasa elevada de abandono posterior que supone una frustración para el alumno, por no hablar de la pérdida de tiempo y dinero.     

Al finalizar este ciclo podrás ejercer tu actividad en establecimientos de venta de productos farmacéuticos, parafarmacéuticos y en general productos relacionados con la salud humana o animal, así como con la cosmética, fitoterapia y otros; en pequeños laboratorios de elaboración de productos farmacéuticos y afines. Por último, ten en cuenta que el centro te facilite el soporte para tu proyecto emprendedor y/o tu salida laboral.

¡Muchos éxitos con tu elección!

martes, 20 de abril de 2021

¿Será la formación profesional de grado superior el nuevo “océano azul” para la universidad pública española?

La formación profesional está de moda y me pregunto si la formación profesional superior será el nuevo "océano azul" de las universidades públicas españolas - como en el pasado ya lo fueron los títulos máster - porque son muchos los centros educativos de distintos ámbitos los que se están preparando para tratar de aprovechar las oportunidades que ofrece el Plan de Modernización de la FP diseñado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, a través de la nueva "Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la LOE de 2006 (LOMLOE)", también conocida como Ley Celaá.

La elevada necesidad financiera que vienen arrastrando años atrás un importante número de universidades públicas españolas, muchas de ellas líderes en excelencia académica, requiere de distintas medidas y la actual crisis del Covid-19 que estamos viviendo no viene más que a agravar una situación de asfixia económica de muchas universidades públicas en nuestro país derivadas de épocas anteriores.

El propósito de este post no es analizar la posible infrafinanciación de la universidad pública o si su gestión económica es eficiente porque sobre ambas cuestiones ya existen numerosos análisis.

Según un reciente informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) la realidad que están viviendo nuestras universidades públicas es que sus grados se están vaciando por una caída de la población y por el reciente protagonismo que han adquirido los campus universitarios privados. Todo ello hace que el agujero económico de estas instituciones educativas sea cada vez mayor porque en un gran número de sus titulaciones no se llega al punto de equilibrio financiero para atender al volumen de estudiantes matriculados en ellas.

Mi análisis se centra en la oportunidad que tiene la universidad pública de ampliar su modelo atendiendo a un nuevo perfil de alumno que necesitamos potenciar en nuestro país como es el de la formación profesional de ciclos formativos de grado superior.

La necesidad de potenciar este perfil profesional viene muy bien expuesta en el “Plan de modernización de la Formación Profesional” elaborado y publicado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, que se concreta con “la creación de un ecosistema de relanzamiento económico desde la apuesta del capital humano y el talento” en nuestro país.

El reto como bien indica dicho plan es: “pasar de un modelo ‘diábolo’ con pocas cualificaciones intermedias a un modelo ‘barril’ de cualificaciones que requiere nuestro sistema productivo” y que se asemeja mucho más a otros modelos de países más competitivos de nuestro entorno.

Analizando la estructura del sistema educativo español existe una oportunidad y una necesidad para que las universidades públicas españolas con su conexión con el tejido empresarial aborden la formación profesional con ciclos formativos de grado superior, que sirva para dotar a este nivel formativo del estatus necesario para prestigiarla, hacerla más atractiva y que genere atracción a un mayor número de alumnos y empleadores.

Ya en el año 2011 alguien debió ver esta magnífica oportunidad porque en la “Ley Orgánica 4/2011, de 11 de marzo, complementaria de la Ley de Economía Sostenible, por la que se modifican las Leyes Orgánicas 5/2002, de 19 de junio,de las Cualificaciones y de la Formación Profesional, 2/2006, de 3 de mayo, deEducación, y 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial” en su disposición adicional primera se creaba el marco y dejaba abierta la puerta para la colaboración entre la formación profesional superior y la enseñanza universitaria. Me atrevo a pronosticar que podríamos vivir próximamente con la formación profesional de grado superior aquello que ya vivimos hace unos años con las titulaciones máster cuando fueron incorporadas al sistema universitario español.

Asimismo, este tipo de egresados de ciclos formativos de grado superior constituye verdaderos “caladeros” de nuevos ingresos para los grados universitarios en dichas instituciones académicas en el life long learning de estos perfiles profesionales y de esta manera dejaría la formación profesional básica y de grado medio en manos de las instituciones educativas que vienen atendiendo los niveles obligatorios de educación en España.   


Hoy ya encontramos instituciones educativas de nivel superior, todas ellas de carácter privado, que incorporan en su oferta formativa los títulos de ciclos formativos de grado superior.

El sector educativo está viviendo un momento muy especial por distintos motivos (la digitalización de la formación, las numerosas operaciones corporativas en el ámbito privado, etc.) que me ha llevado analizar dicho Plan de modernización de la Formación Profesional desde el contexto hasta el mercado y las piezas van encajando para que las universidades públicas españolas puedan jugar un importe rol en este nuevo desafío.

Quiero aprovechar para advertir, aunque sea otro apartado de análisis, que el sector educativo - con un decalaje de unos 10 años aproximadamente -  está inmerso en una aceleración de los procesos digitales que ya han sufrido otros sectores de proximidad, como la banca de retail, agencias de viajes o el comercio; derivando en grandes procesos de reestructuración que hoy vivimos e inundan las portadas de los medios de comunicación. Lamento prever que esto mismo lo veremos en unos años en el sector educativo.

Mi análisis tiene una polémica conclusión: El contexto para este ambicioso Plan de modernización de la Formación Profesional es favorable porque la necesidad existe y la oferta de titulaciones está bien construida - aunque todo sea susceptible de mejora – pero, en mi opinión, la mayor restricción para alcanzar su éxito y, salvo excepciones, es la capacidad de muchos de los centros educativos que actualmente la abordan para llevar a este tipo de formación al nivel que se espera y por tanto, requeriríamos de otro tipo de players como la red de universidades públicas españolas para lograrlo.       

martes, 20 de octubre de 2020

Nuevos modelos educativos para nuevas necesidades sociales y empresariales.

El desafío más urgente de nuestro sistema educativo es preparar a los ciudadanos para afrontar este contexto social que vivimos y que es VUCA (Volátil, Incierto, Cambiante y Ambiguo) en la era de la información y la tecnología.

¡Fijaos qué paradoja! Nos encontramos en la era de la información y la tecnología, del Big Data y la Inteligencia Artificial; y es precisamente ahora cuando más incierto es el escenario social en el que nos movemos. Parece contradictorio que cuantas más herramientas y tecnología disponemos para predecir el futuro, resulta que los escenarios que tenemos que superar son más impredecibles. Disponemos en las últimas fechas de ejemplos claros que no podíamos prever que sucedieran, al menos los ciudadanos de “a pie” y que han sucedido: el Brexit con el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, la elección de Trump como presidente de Estados Unidos e incluso el último “cisne negro” con el Covid-19, entre otros.

Por tanto, los contextos y escenarios sociales, profesionales y empresariales que rodean la vida de las nuevas generaciones en nada se parecen a los escenarios y contextos que rodeaban el crecimiento de generaciones anteriores. Sin embargo, los dispositivos educativos vigentes son esencialmente los mismos que se establecieron siglos atrás, salvo la urgente aplicación de la tecnología en la impartición de las clases en la época del Covid-19 y la democratización de plataformas como Zoom, Teams, Blackboard, etc. y que han llegado para quedarse.

Si queremos que las generaciones actuales y futuras puedan afrontar con éxito los nuevos desafíos de la sociedad contemporánea, necesitamos modificar el dispositivo educativo que tanto nos ayudó en otras épocas para la erradicación de la ignorancia y para caminar hacia la evolución social y la consolidación de una cierta igualdad de oportunidades. Esto se traduce en revisar el currículo formativo organizado por disciplinas hasta llegar al desarrollo de competencias sociales y profesionales, los métodos de enseñanza – aprendizaje que sean próximos a los que el ciudadano debe enfrentarse en su vida real y profesional, los sistemas de evaluación y calificación que deberían estar orientados hacia la resolución de problemas que desarrollen capacidades humanas y profesionales o la aplicación de la tecnología pero necesariamente modificando la metodología docente para el desarrollo de nuevas competencias etc.

En el centro de todo este cambio a nivel institucional se encuentran los centros educativos y de formación, pero hay un pilar esencialmente protagonista: el docente.

Así pues, necesitamos elevar y reconocer socialmente a una dimensión superior a la figura docente para empoderarla y que, el nuevo docente, sea un profesional capaz de comprender la complejidad y la incertidumbre de la era contemporánea y comprometido con la misión de acompañar, orientar y estimular al desarrollo y aprendizaje de cada uno de los alumnos a su cargo, independientemente de la etapa formativa en la que se encuentre.

El docente debe prepararse para desarrollarse a lo largo de su larga vida profesional porque su impacto es fundamental en la sociedad. A la siempre difícil y compleja actividad docente ahora toca prepararse para analizar y trasladar al aula los métodos docentes necesarios para tener mejores ciudadanos preparados para superar la complejidad social actual. Ello significa que los docentes deben buscar una preparación de vanguardia y utilizar todos los medios de aprendizaje (formación) y acompañamiento (mentoring, coaching, etc) para desarrollar competencias o cualidades humanas personales y profesionales, como sistemas complejos de comprensión y actuación, que requieren prácticas, vivencias, experiencias auténticas en contextos reales y reflexión, debate y contraste abierto de saberes personales y profesionales.   

Desde aquí mi reconocimiento a todos los docentes que se entregan a su profesión y que están cambiando este mundo, a través de preparar a ciudadanos capaces de crear una sociedad mejor.

jueves, 20 de junio de 2013

El talento creativo al servicio de la innovación empresarial.

El contexto económico de competitividad que vivimos, con fuertes restricciones para la financiación, se traduce en la exigencia constante de toma de decisiones a corto plazo para luchar por la mera supervivencia por parte de un gran número empresas y profesionales. Mientras para otros esta situación se convierte en una verdadera oportunidad. La diferencia esencial entre unos y otros es la flexibilidad para inventar nuevos modelos de negocio o reinventar aquellos que han funcionado durante años o quizás décadas pero que muestran síntomas de agotamiento. 

La presión para generar cambios en la dirección correcta.
La situación económica empresarial actual nos obliga a generar cambios empleando un pensamiento constructivo que nos mueva la perspectiva desde la cual analizamos los acontecimientos. Deberíamos observar los problemas a los que nos enfrentamos desde una perspectiva diferente aportándonos nuevas posibilidades y fomentando la creatividad como herramienta para alcanzar el éxito y la innovación.

La mayoría de las preocupaciones empresariales se centran en la inmediatez de cómo ajustar la cuenta de resultados de modelos empresariales rígidos, con una reducción de gastos y un incremento de los ingresos, pero la velocidad a la que evoluciona el mercado y las exigencias de los clientes hace necesario planteamientos diferentes a los tradicionales que posibiliten nuevas soluciones.
Inventarse desde dentro de la organización.

El valor de una organización consiste en el valor de sus activos tangibles e intangibles pero estos últimos y, especialmente el talento, no está recogido en los sistemas tradicionales de contabilidad, ni en los instrumentos de control de gestión.
Las empresas europeas no podemos competir vía costes por lo que tendremos que competir en el valor añadido que podamos ofrecer al mercado y que éste a su vez, nos lo reconozca. En esta situación apoyémonos en las personas que forman parte de la organización, generando las condiciones necesarias para que aporten todo su potencial al servicio del proyecto empresarial.

Lo complejo es cómo reinventar un proyecto maduro. Para ello pensemos en las oportunidades que nos generaría si tuviésemos la oportunidad de empezar de nuevo el proyecto empresarial pero aprendiendo del conocimiento y experiencia que tiene ya la empresa, ¿Cómo nos organizaríamos?, ¿Qué mantendríamos?, ¿Qué suprimiríamos?, ¿Cómo nos relacionaríamos y daríamos respuesta a nuestros clientes? Este es un ejercicio claro de flexibilidad e innovación que para su realización requiere haberse liberado de las rigideces del modelo.
Mi propuesta de valor, en un contexto donde lo fácil es acogerse a la moda actual del “ajuste” traducido como reducción de plantilla, es utilizar el talento de los profesionales que forman parte de la empresa para generar nuevas soluciones que nos posibiliten acceder a nuevos mercados, ofrecer nuevas soluciones, generar nuevos productos y en definitiva, generar nuevos recursos o propuestas de valor que aseguren el crecimiento.

Inventarse de nuevo.
La empresa como organización de personas que persigue el beneficio económico debe poner el acento en la gestión del talento que la moviliza, es decir, en aquellos profesionales capaces de conseguir el objetivo por sus conocimientos técnicos, por sus competencias desarrolladas, así como por sus actitudes, motivaciones y el compromiso con el proyecto empresarial.

Si la innovación empresarial significa la generación de valor al mercado y por tanto determina nuestra competitividad, potenciemos la generación de nuevas ideas y el proceso de gestión en la organización.
Como consecuencia de lo anterior preocupémonos más por los mecanismos de pensamiento de nuestros colaboradores. El potencial lo tenemos cerca, trabajemos las fuentes de creatividad del entorno empresarial (empleados, clientes, proveedores) y explotemos al máximo la habilidad humana para producir nuevas ideas para cambiar aspectos del trabajo que mejoren los procesos habituales de funcionamiento.

Construyamos a largo plazo con un pensamiento estratégico, donde las decisiones a corto plazo respondan al proyecto y no sean fruto de la presión para crear un plan de contingencias. Tomemos en cuenta al talento que forma parte de la organización y desarrollémosle, no lo veamos como una carga en nuestra cuenta de resultados porque su gestión exclusiva a través del miedo, es el comienzo del fin colectivo. Para ello, compaginemos creatividad y viabilidad, desarrollemos entornos que fomenten la actitud proactiva y flexible ante la innovación propia y ajena, preparemos nuestros directivos para trabajar con el talento que gestionan para que desarrollen y pongan en marcha métodos innovadores.
El objetivo no es solamente producir novedades, sino construir el sistema que potencie la mejora continua, es decir, generar  novedades que tengan un impacto importante a nivel de la organización, difundir activamente la necesidad de exponer nuevas ideas para mejorar y hacer progresar a la persona en un entorno colectivo, proponer nuevas acciones (técnicas, comerciales, administrativas...) que contribuyan a mejorar la gestión interna/o del negocio y generar nuevos enfoques para el proyecto que impliquen cambios en los objetivos y la estrategia.

Fuente de creatividad
El cerebro humano es la fuente de la creatividad humana. El cerebro es el centro del sistema nervioso, convirtiéndolo en un órgano muy complejo y dividido en gran parte por dos hemisferios. Hay muchas teorías sobre cómo afecta el desarrollo de los hemisferios al pensamiento de una persona, pero las investigaciones atribuyen al hemisferio izquierdo como la zona del pensamiento lógico o convergente, analítico, secuencial, cuantitativo y planificador. Por todo ello, el neurólogo británico John Hughlings lo describió como el centro de la facultad de expresión. Mientras que el hemisferio derecho es un hemisferio integrador que pone en marcha el pensamiento creativo, original, intuitivo, de manera holística y especializado en emociones y sentimientos.

En 1976, el investigador Ned Hermann llega más lejos investigando el cerebro como la fuente de la creatividad, llegando a la conclusión de que el cerebro tiene 4 estructuras especializadas y conectadas entre ellas, que describen las preferencias del pensamiento, en base a nuestro comportamiento y a lo que preferimos prestar atención o no. Aunque éstas pueden cambiar a lo largo de la vida como método de evolución dinámica.
Aplicación del pensamiento creativo en las decisiones lógicas empresariales.

El sistema educativo tradicional no ha favorecido a la creatividad, que ha predominado por el desarrollo del pensamiento lógico y racional descrito para el hemisferio izquierdo. Pero cuando nos enfrentamos a un problema o ante una situación susceptible de mejora, un coeficiente intelectual elevado no es sinónimo de saber pensar bien, si antes no se desarrolla la capacidad de pensar.
Generalmente, cuando pensamos, intentamos abarcar todos los aspectos del problema intentando ser rigurosos, intuitivos, críticos, creativos, cautos y analíticos, todo al mismo tiempo. Adicionalmente, esto se vuelve mucho más complejo cuando las decisiones deben ser tomadas en conjunto, porque además debemos sumarle la complejidad de las diferentes personas y, en mi opinión, éste ha sido el gran obstáculo que muchas organizaciones no han sabido superar a la hora de poner en marcha modelos innovadores conjuntos.  

Para superar la barrera humana del pensamiento en las organizaciones Edward de Bono, la autoridad mundial del pensamiento creativo, propone una metáfora de seis sombreros. La metáfora pretende ordenar el proceso de pensamiento con cada uno de los seis sombreros que representan un modo de pensamiento.
Utilizando cada vez un tipo de pensamiento, somos más poderosos para enfrentarnos al esfuerzo del pensamiento creativo y a las barreras de hacerlo de manera conjunta, porque todos sintonizan el pensamiento global, la experiencia y la inteligencia en la misma dirección.

El profesor Edward de Bono construye su metáfora en una técnica de seis sombreros para facilitar la resolución o el análisis de problemas desde distintos puntos de vista o perspectivas, como un marco de referencia para el pensamiento que incorpora todo el potencial del pensamiento creativo.
La técnica de los seis sombreros para pensar es un método que nos permite pensar de manera más eficaz utilizando seis sombreros de diferentes colores. Cada uno de ellos representa seis maneras de pensar. Los sombreros deben ser considerados como direcciones de pensamiento más que como etiquetas para el pensamiento, es decir, que los sombreros se utilizan de manera proactiva y no reactivamente fomentando el pensamiento en toda su amplitud y orientándonos hacia la acción. La técnica puede ser utilizada de manera individual o grupal. En este último caso, cada uno de los participantes puede ponerse y quitarse imaginariamente para indicar el tipo de pensamiento que está utilizando, siempre teniendo en cuenta que la acción de ponerse y quitarse el sombreo es esencial, los participantes deben utilizar el mismo sombrero al mismo tiempo. Los seis estilos de pensamiento viene determinados por:

  1. SOMBRERO BLANCO: con este pensamiento debemos centrarnos en los datos disponibles. Ver qué información disponemos y aprender de ella.
  2. SOMBRERO ROJO: con él observamos los problemas utilizando la intuición, los sentimientos y las emociones.
  3. SOMBRERO NEGRO: haciendo uso de este sombrero pondremos en marcha el pensamiento del juicio y la cautela, poniendo de manifiesto los aspectos negativos del tema tratado.
  4. SOMBRERO AMARILLO: con este sombrero pensaremos positivamente, nos ayudará a ver por qué algo va a funcionar y por qué ofrecerá beneficios.
  5. SOMBRERO VERDE: este es el sombrero de la creatividad y el momento para la generación de ideas y nuevas alternativas.
  6. SOMBRERO AZUL: es el sombrero del control y la gestión del proceso del pensamiento. Con él se resume lo que se ha generado durante el proceso y se llega a las conclusiones.
El verdadero poder nos ofrece el pensamiento creativo es generar un valor que nos posibilite competir en mejores condiciones, construyendo o reconstruyendo proyectos empresariales sólidos y perdurables en el tiempo. Porque momentos tan adversos como los actuales exigen la versatilidad de poder cambiar, en cualquier momento, la perspectiva desde la cual se analizan los acontecimientos. El profesor De Bono nos avisa que “el pensamiento tradicional centrado en el análisis y el proceso, que rige el 90% del comportamiento humano y el 100% de la educación, no está diseñado para enfrentarse a esta transformación”.

Artículo publicado en junio de 2013 en el número 27 de la revista ESIC Alumni. 

jueves, 31 de mayo de 2012

Cómo las escuelas de negocio y sus redes de Alumni se convierten en entornos de confianza para canalizar financiación hacia el emprendimiento.

Actualmente, son muchos los foros donde se apunta que España no es un lugar fácil para emprender y no sólo por los problemas para acceder a financiación, sino que a ellos se les debe sumar las rigideces de nuestro mercado laboral, los dificultosos trámites burocráticos y la no favorable normativa fiscal y contable. Adicionalmente, debemos tener en cuenta lo que el año pasado apuntaba el observatorio de Clima Emprendedor realizado por Iniciador donde se desprendía que la abrumadora mayoría de los emprendedores consultados consideraban que no se fomenta suficientemente en nuestro país la actitud emprendedora.

Una gran parte de nuestro talento emprendedor se encuentra en el entorno de nuestras “business school” cuya misión, en la mayoría de los casos, es incrementar la empleabilidad de sus propios egresados. Esto se traduce en la formación de profesionales capaces de crear empresas y organizaciones o de emplearse en ellas llegando a asumir responsabilidades directivas.

Una de las principales razones por las que las escuelas de negocio apoyan la creación y el desarrollo de una red Alumni es el alto valor que tienen para ellas sus propios antiguos alumnos. La mayoría de ellas incluyen en sus programas de formación acciones que fomentan y estimulan el desarrollo de la cultura emprendedora, potenciando la creación de actitudes positivas hacia la iniciativa empresarial, de manera que favorezcan a su red la creación de nuevas empresas.

Recientemente la CNMV describía la estructura actual de financiación de nuestros emprendedores, los cuales se apoyan mayoritariamente en un primer estadio, en la autofinanciación y cuando el proyecto se consolida es la financiación externa la que tiende a ganar protagonismo, siendo su canal básico de endeudamiento el crédito bancario. La situación actual hace que un elevado número de emprendedores encuentren serias dificultades para acceder a financiación y muy especialmente, a través de los cauces tradicionales para conseguirla, como lo son las entidades financieras e incluso a través de los principales agentes que operan en el ámbito del “capital semilla” como los del sector del capital riesgo, los fondos de inversión, etc.

Las escuelas de negocio, a través de sus redes de Alumni, se convierten en un interesante entorno de confianza para canalizar recursos financieros hacia el emprendimiento porque en ellas, conviven los dos tipos de actores esenciales para la creación de nuevos proyectos innovadores. Este tipo de entornos reúnen a una gran cantera de talento y a posibles inversores privados de carácter informal o “business angels”.

Estos inversores privados se sitúan normalmente en un entorno próximo a las empresas y emprendedores necesitados de financiación. Por tanto, uno de los mayores retos que hoy pueden tener los departamentos de Alumni es tratar de identificarles e intermediar porque la aportación económica de los “business angels” es a menudo determinante en las primeras fases de desarrollo de este tipo de proyectos startups.

Además, este tipo de centros formativos tienen también una importante labor pedagógica porque, para facilitar la financiación externa a un proyecto emprendedor, es necesario cambiar la predisposición de muchos pequeños emprendedores fomentando actitudes más abiertas respecto al gobierno corporativo y al control accionarial. Por otro lado, los departamentos de Alumni facilitarían la inversión privada, creando redes de “business angels” que agrupen inversores privados y realizando una labor de intermediación entre ofertantes y demandantes de capital articulando servicios de información, difusión, análisis y asesoramiento.

Especialmente hoy, donde las posibilidades de financiación escasean, se hace más necesario estimular este tipo de redes de inversores procedentes de los propios Alumni para que tomen protagonismo y que inyecten financiación a los emprendedores con los que comparten entorno y que reúnen herramientas de gestión, motivación y la actitud necesarias para que sean capaces de arrancar y consolidar proyectos innovadores que generen crecimiento y empleo para nuestra maltrecha economía.

martes, 28 de febrero de 2012

Régimen Jurídico que regula las Prácticas en empresas (externas) de los Estudiantes Universitarios.

El Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, modificado por el Real Decreto 861/2010, de 2 de julio, que se dicta en desarrollo de lo previsto en la Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades dictaba la posibilidad de introducir prácticas externas en los planes de estudios. Hasta el momento la regulación de las prácticas de los estudiantes universitarios se establecía en el Real Decreto 1497/1981, de 19 de junio. El tiempo trascurrido desde su aprobación y la adaptación a las exigencias del proceso de construcción del Espacio Europeo de Educación Superior requerían una nueva norma que desarrollase, precisase y aclarase algunos de los aspectos previstos hasta el momento.

La norma que ha acometido esta tarea es el Real Decreto 1707/2011, de 18 de noviembre, que fija como objetivo de las prácticas el permitir a los estudiantes aplicar y complementar los conocimientos adquiridos en su formación académica, favoreciendo la adquisición de competencias que les preparen para el ejercicio de actividades profesionales, faciliten su empleabilidad y fomenten su capacidad de emprendimiento.

¡Novedad!! Una sentencia del Tribunal Supremo del pasado 21 de mayo de 2013 declara nulo de pleno derecho el Real Decreto 1707/2011 y regresamos al Real Decreto 1493/2011 donde los becarios cotizan y pueden reclamar su cotización desde noviembre de 2011. Aunque el Gobierno podría aprobar de nuevo el R.D. 1707/2011.

Por su parte, el Estatuto del Estudiante Universitario, aprobado por el Real Decreto 1791/2010, de 30 de diciembre, establece en su Capítulo VI, en el marco de la programación docente de las enseñanzas universitarias que conducen a la obtención de un título oficial, las prácticas académicas externas, sus clases y sus características generales, así como la extensión de su realización a todos los estudiantes matriculados en cualquier enseñanza impartida por la universidades o centros adscritos a las mismas.

jueves, 9 de febrero de 2012

Meet 2012 - Foro de Empleo, Empresas y Emprendimiento

Un año más el departamento de Carreras Profesionales de ESIC lidera y organiza meet www.esic.edu/meet, el foro de empleo, empresas y emprendimiento en el que participan los empleadores nacionales e internacionales más importantes en busca de talento universitario para sus procesos de selección.

Esta nueva convocatoria del Foro se celebrará el día 6 de marzo de 2012 en el campus ESIC de Pozuelo de Alarcón, con el objetivo de fomentar la inserción laboral de los estudiantes universitarios. Meet pone en contacto a empleadores de referencia con el talento universitario de potencial directivo, con el ánimo de incrementar las relaciones y el conocimiento entre las empresas reclutadoras y los potenciales candidatos, de cara a su posible contratación.

Se trata de incrementar la formación de los alumnos universitarios en el ámbito de búsqueda de empleo, con la finalidad de favorecer la adecuada transición de la universidad al mundo laboral y favorecer el valor emprendedor. Adicionalmente, este año hemos incluido en la agenda actividades orientadas al autoempleo y al emprendimiento.

Los asistentes podrán planificar su jornada en meet, reservar y confirmar su asistencia a los diferentes talleres y presentaciones de las compañías; conocer los diferentes perfiles que demandan las empresas participantes pudiendo enviar con antelación su currículum e incluso, concertar entrevistas con los diferentes responsables de recursos humanos.

Toda la información en www.esic.edu/meet

¿Qué debo tener en cuenta para elegir mi ciclo de Formación Profesional?

La Formación Profesional se consolida como eje vertebrador de la recuperación económica en todo el mundo y especialmente en España, donde se...